... el tuyo es de palo, el mío es de oro, en tu estadio matan, y en el tuyo también...
Guiones fijos en patios de escuela con protagonistas que no pasan los
ocho años y siguen llevando carritos en la maleta. Comprensible, cómico
y parte del libreto habitual de vida, los vemos a diario en niños,
nadie se escapa de esos escenarios, nadie es inmune a la vida.
Pero cuando esta filosofía de ejemplos busca que tu punto de vista
sea el ganador y peor aún es llevada al razonamiento por parte de un
adulto, la situación es decadente, con pocas esperanzas de un porvenir
saludable.
El caso de la muerte de un aficionado en el estadio de Liga de Quito
asciende a la categoría de trágico, es violencia delincuencial, un serio
problema de corte social instalado hoy en estadios de fútbol del país.
La artillería de solución ante esto debe ser lanzada desde varios
frentes; buscar resolver esta crisis de sociedad le corresponde a
muchos, incluidos los directivos de clubes y torneos.
No será tarea fácil. Se recorrerá mucho camino, se dictarán leyes,
habrá errores, aciertos; pero lo importante es iniciar el propósito
contingente ya.
Los que deben asumir un rol de decencia en ideas y buscar que sus
conceptos dejen de ser precarios son todos aquellos que iniciaron una
férrea defensa de lo que consideran son “intereses” de sus clubes. Esta
guerra que debe iniciarse no es contra LDU-Q, Barcelona, Emelec, D.
Quito, D. Cuenca; es contra la violencia.
De ahí que considero tan inoportuno citar ejemplos de muertes u otros
actos abominables en escenarios que no sean el de Liga de Quito para
tratar de ocultar o proteger lo que podría ser un mal momento para la
imagen de algún estadio o club.
Ante la denuncia de una muerte, más de uno contestó: “Pero en tu
estadio también se murió un aficionado”... reflexiones absurdas,
cargadas de pica infantil, vergonzosas y con un fuerte flete de desdicha
crónica.
La desesperación para solicitar que se suspenda el estadio de Liga
(al final la FEF no le permitirá jugar ahí tres fechas) fue más dinámica
que averiguar el nombre del fallecido, la venta de teorías que buscaban
liberar al estadio de culpa volaban a velocidad del rayo y las
discusiones de qué hincha es más salvaje u ocasiona más daño eran tema
fijo. La ley debe iniciar ya una demostración de personalidad, buscar
culpables, si en el camino se suspende al escenario por lo ocurrido (que
no sería nada incoherente), será un hecho más, pero no es lo más
necesario; el fútbol pasa ya a un segundo plano. Si puedo o no jugar en
mi estadio debería ser secundario ante la pérdida de un vida humana.
No es contra los clubes, entiéndanlo.
Si mañana capturan a un delincuente con la camisa de Barcelona, el
club no tiene la culpa, pero bajo la tendencia de ideas últimas, no
faltará alguien que pida sanción al estadio por la indumentaria del
“choro”.
Hace algunos años, durante una programación en el estadio Modelo (hoy
Alberto Spencer), un aficionado trató de subir a la general utilizando
unos andamios que habían dejado pintores junto a las paredes del
estadio; en el intento resbaló, cayó y murió. Eran los 80, la pica
estúpida que hoy existe entre clubes era sana y divertida todavía, no
hubo quienes se lanzaron a pedir sanción al estadio, lo lógico, lo
decente, era preocuparse por el fallecido... ¿qué pasó en el camino,
¿qué se hizo mal para germinar tanto odio estúpido en las mentes de
quienes creen que el “honor” de los clubes se lo debe defender con
sangre y golpes? Christian Calvache murió, estaba viendo un partido de
fútbol, en las gradas del estadio de LDUQ. Hoy la gente muere en sus
casas, en la calle, en bares.... eso es lo que hay que atacar, una
realidad deprimente. Si en el camino cae un estadio y se lo suspende...
que caiga, que sea suspendido, pero ese hecho es minúsculo contra lo que
realmente se debe buscar.
2 comentarios:
Lo que ocurrió es el reflejo de una sociedad violenta. De acuerdo al INEC (2009) la 7ma causa de muerte en el Ecuador, con 2187 casos, son las agresiones (homicidios) que es lo que sucedió en ese estadio.
Cualquier medida que se tome no pasa de ser meramente superficial.
No se entiende como hay gente que vive enfrentando a compatriotas entre sí.
Comparto con anonmio . En Ecuador y casi toda latinoamerica las leyes estan de adorno o alas conveniencias dl momento. Necesitamos un cambio drastico en la mentalidad que luego se reflejara en las leyes.
Esto es fácil camaras de seguridad ,guardiania privada(negros tucos en la general) y lo que dice xavier coello no es descabellado solo barra local en los clasico, y como dices diego cero venta de alcohol.
Finalmente que le ministro del deporte empieze a trabajar y camelle en una ley seria y determinante.
Saludos a todos.
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