La gala de premiación de los 40 Principales, fiesta mayor del pop ecuatoriano, estuvo llena de chocantes sorpresas. Durante más de tres horas, 15 de las figuras más famosas, más aclamadas y de más reconocida trayectoria del país se sucedieron sobre el escenario del Ágora de la Casa de la Cultura, entre las aclamaciones de un público mayoritariamente integrado por adolescentes, y pintaron el panorama de un género falto de ideas musicales y poéticas, reiterativo, monótono y muy poco exigente consigo mismo.
Primera constatación chocante: se puede no saber cantar y ser cantante exitoso. No hay voces notables en los 40 Principales. Por el contrario, las hay muy malas. Que Fausto Miño desentone con sostenida regularidad no parece incomodar ni al público que lo aclama ni a las decenas de voces autorizadas (entre animadores, promotores, gente de los medios y de la industria) que lo alaban sin restricciones en las radios, en los escenarios, en las revistas especializadas...
Su caso no es excepcional, sino promedio. Ninguno de los artistas que se presentaron en el Ágora (con la probable excepción de Brito y Darío Castro) destaca por sus capacidades de expresión vocal. Algunos, incluidos los más consagrados, como Juan Fernando Velasco, se limitan a cumplir sin desentonar. La mayoría se sitúa por debajo de ese estándar.
Segunda constatación chocante: el panorama de la música popular y juvenil ecuatoriana, que en los años noventa gozaba de una saludable diversidad -y buscaba precisamente en la diversidad sus posibilidades comerciales-, se mueven hoy en el estrecho territorio que va de la balada a la balada rap, terreno en cual las nuevas estrellas (otra vez: con la probable excepción de Brito y Darío Castro) son incapaces de diferenciarse unas de otras por propuesta musical, visión poética o estilo. Si Juan Fernando Velasco brilla en este panorama, es porque sus estándares de producción son superiores. Pero en términos creativos, todo parece agotarse en un puñado de ideas reiterativas.
Salvo el quinteto de cuerdas que acompañó, de manera bastante convencional, a Daniel Páez, no hubo una sola sorpresa armónica, tímbrica, instrumental o de arreglos. Es equivalente a decir que los músicos han reducido a cero sus búsquedas musicales. Siempre el mismo tipo de introducción con dos acordes de piano para las canciones lentas, el consabido rasgado de la guitarra para las moviditas, los mismos ritmos...
A esta monotonía musical se junta -tercera constatación chocante- la poética. La misma versión lánguida del mismo cliché romántico, expresado en un vocabulario de 100 palabras, alumbra todas las letras: "Me mostraste de algún modo que sin ti nada fue igual"; "Volverás y tus labios besaré"; "Tus olores no me hacen soñar como ayer... Mis palabras no te dan calor"; "Cuanto te vuelva a ver el cielo se va a detener y en tus ojos volveré a nacer"; "Es muy fácil perdonar pero muy difícil olvidar y cerrar heridas que demoran en sanar".
Cuarta constatación chocante: da lo mismo cantar con una banda de instrumentistas que hacerlo con una pista. El público no nota la diferencia. Los productores, organizadores, comunicadores y demás personajes vinculados al negocio no le dan ninguna importancia. Los 40 Principales pretende -y de hecho es- ser la gala más importante del pop ecuatoriano y, sin embargo, se permite la músicos y, hubo casos, el play back.
Este estado de cosas parece encontrar su justificación en un discurso que tiene 30 años de vigencia y que ha producido efectos devastadores en la música popular ecuatoriana: el discurso del "apoyo al talento nacional". En las entrevistas que los artistas concedieron tras bastidores, la muletilla no cesaba de repetirse. Afuera, sobre el escenario, varios convirtieron, a grito pelado, la nacionalidad de la música en consigna. Como si el arte, incluso el popular, fuera cosa de patrias y banderas.
El discurso del "apoyo al talento nacional" fomenta la autocomplacencia, convierte a los artistas en seres proclives a la victimización, neutraliza el espíritu crítico de los medios y ha contribuido a consolidar un público cuya falta de referentes se traduce en un bajísimo nivel de exigencia. En el pop, esta situación ha hecho crisis, sin que ninguno de sus actores parezca dispuesto a reconocerlo. Hay cosas evidentes que, por un tácito acuerdo, todos callan. ¿Por qué no empezar reconociendo, por ejemplo, que Fausto Miño canta mal?
Salvo el quinteto de cuerdas que acompañó, de manera bastante convencional, a Daniel Páez, no hubo una sola sorpresa armónica, tímbrica, instrumental o de arreglos. Es equivalente a decir que los músicos han reducido a cero sus búsquedas musicales. Siempre el mismo tipo de introducción con dos acordes de piano para las canciones lentas, el consabido rasgado de la guitarra para las moviditas, los mismos ritmos...
A esta monotonía musical se junta -tercera constatación chocante- la poética. La misma versión lánguida del mismo cliché romántico, expresado en un vocabulario de 100 palabras, alumbra todas las letras: "Me mostraste de algún modo que sin ti nada fue igual"; "Volverás y tus labios besaré"; "Tus olores no me hacen soñar como ayer... Mis palabras no te dan calor"; "Cuanto te vuelva a ver el cielo se va a detener y en tus ojos volveré a nacer"; "Es muy fácil perdonar pero muy difícil olvidar y cerrar heridas que demoran en sanar".
Cuarta constatación chocante: da lo mismo cantar con una banda de instrumentistas que hacerlo con una pista. El público no nota la diferencia. Los productores, organizadores, comunicadores y demás personajes vinculados al negocio no le dan ninguna importancia. Los 40 Principales pretende -y de hecho es- ser la gala más importante del pop ecuatoriano y, sin embargo, se permite la músicos y, hubo casos, el play back.
Este estado de cosas parece encontrar su justificación en un discurso que tiene 30 años de vigencia y que ha producido efectos devastadores en la música popular ecuatoriana: el discurso del "apoyo al talento nacional". En las entrevistas que los artistas concedieron tras bastidores, la muletilla no cesaba de repetirse. Afuera, sobre el escenario, varios convirtieron, a grito pelado, la nacionalidad de la música en consigna. Como si el arte, incluso el popular, fuera cosa de patrias y banderas.
El discurso del "apoyo al talento nacional" fomenta la autocomplacencia, convierte a los artistas en seres proclives a la victimización, neutraliza el espíritu crítico de los medios y ha contribuido a consolidar un público cuya falta de referentes se traduce en un bajísimo nivel de exigencia. En el pop, esta situación ha hecho crisis, sin que ninguno de sus actores parezca dispuesto a reconocerlo. Hay cosas evidentes que, por un tácito acuerdo, todos callan. ¿Por qué no empezar reconociendo, por ejemplo, que Fausto Miño canta mal?
ROBERTO AGUILAR-DIARIO HOY
Contestación a Roberto Aguilar @HoyComEc :
Voy a ser breve porque hoy es domingo y como ya se imaginarán por la forma en que nos ha pintado Roberto Aguilar en su reseña sobre la música pop ecuatoriana, hoy estoy disfrutando de mis millones sobre mi yate, vagando y pensando como hacer otra canción mediocre con letra trillada para complacer a las masas conformistas y que siga dando millones .....mierda daría mi "virginidad" porque eso fuera cierto , pero igual trataré de ser breve .
La opinión de Roberto es respetable, pero no deja de ser solo una opinión, opinión de una persona que por más que ha procurado llenar su artículo de hermosas palabras técnicas, no deja de ser alguien que no tiene la mínima noción de lo que habla (y esa es mi opinión ), pues, se esfuerza por hacer un análisis "matematico " de la música ecuatoriana, olvidando por completo que la música es tambien SENTIMIENTO , aquí , en China , en Rusia , y estoy seguro que cuando haya una colonia en la luna, habrá cantantes exitosos que desafinen o canciones con letras fáciles que el público no podrá resistir convertirlas en himno, y que ? que hay de malo en eso? La música suple esa necesidad desde la época en que no existía la historia escrita y los trovadores componían canciones sobre sucesos y personajes para que sean recordados por siempre. La crítica "catedrática" de Roberto es pretenciosa al insinúar que hay que re- educar al público para que no se conforme con artistas y estilos musicales que a EL no le gustan .... mala aplicación del trabajo periodístico en mi opinión , pero bueno , defiendo su derecho a expresarse.
Que a la música ecuatoriana le hace falta evolucionar ? Siempre! No importa cuan lejos lleguemos, JAMAS debemos conformarnos , pero sinceramente no conozco artista ecuatoriano que se levante cada día con otra idea que no sea ser el mejor en lo que hace; desgraciadamente hay un porcentaje de público ecuatoriano que no aceptará la idea de que un artista es bueno hasta que le hagan un reconocimiento internacional , o suene a gringo , para ahí si poder decir "que bueno ese artista, pensé que era extranjero".
Yo no se a quien escuchó Roberto en la gala de los 40 principales decir la frase "apoyen al artista nacional " , yo nunca escuché eso , personalmente odio esa frase y tengo entendido que muchos colegas no la toleran, no queremos apoyo, queremos la oportunidad de exponer nuestro trabajo al público, sin prejuicios, ni la idea preconcebida de que sí es hecho en Ecuador debe ser malo, y la oportunidad de que el público escoja si vale la pena seguir escuchando a tal o cual artista.
La música siempre debe mejorar en Ecuador como dije antes, pero no es haciendonos pedazos en un medio de comunicacion porque al organizador del espectáculo le resultaba demasiado caro y complicado poner a 15 artistas con banda en vivo , o porque nuestro estilo musical no complazca sus más "exquisitos" y agringados gustos musicales.
La música Ecuatoriana esta y seguirá saliendo adelante porque en cada frase que componemos va un pedazo de nuestra identidad, de nuestro sentimiento, porque en cada trabajo a pesar de las inmensas trabas que tenemos va la firme esperanza de sacar la cara por nuestro país .
Dicho esto los invito a escuchar mi nueva balada rap "Primero te pienso" estilo que no había producido en años pero que según Roberto es lo único que hago... Como dicen en mi zona ,al que critica con el hígado, no hay tusa que le calce.
Abrazos . AU-D
Es profundamente cierto que no deja de ser amateur y bajo en imagen que en una gala de este tipo las bandas o solistas acudan al recurso del playback, no creo que sea tan oneroso montar la banda que interprete los temas que se van a tocar esa noche.
Definitivamente AU-D sabe mas del tema y los organizadores conocen sus presupuestos.
Igual debería ser esencial.
Sera que todavía pasa por el temor del sonido que puedan sacar al aire?Será
Era televisado el evento?
De aquella linea fofa que utilizan tantos entes de televisión, al decir cargados de orgullo, talento nacional, ya escribí algo y pueden repasarlo dandole golpe al link.
No creo exista algo tan chocante que un ser gritando talento nacional, talento nacional, talento nacional..
Tambien garantizo que estamos navegando en una de las eras de mayor y mejor calidad en composiciones propias, lo que ocurre es que muchos de estos artistas no tienen relacionista publico.
En fin, ambos escritos traen una buena carga de verdad.
OPINION DE TERCEROS
estoy de acuerdo con el señor aguilar,el publico ecuatoriano es tan mediocre y conformista que cree que fausto miño "algun dia" sera famoso a nivel internacional.
ResponderEliminarpor otro lado audi dice que la musica refleja nuestra identidad,con razon estamos jodidos,ya que cada vez que respiramos sale un reguetonero mediocre y desafinado
Estimado Diego:
ResponderEliminarMi nombre es Emilio Mejía y soy productor de los Premios 40 Principales. Respeto mucho toda crítica y agradezco también tus comentarios y aporte; únicamente quiero compartir contigo algo mas de información.
La parte musical en l Gala no solo pasa por un tema de presupuesto, algunos artistas han manifestado su incomodidad de actuar en vivo sin su propia banda, lo cual es entendible, si quisiéramos que todos toquen en vivo si implica otra logística distinta que va desde lo técnico, logístico y obviamente presupuesto, son casi 16 artistas, te aseguro que por ejemplo todos tienen un seteo distinto de batería, esto se puede hacer usando mas de una batería para el show, sin embargo todo esto cuesta. Si bien las consolas digitales han facilitado un poco las cosas, siempre cargar las sesiones toma su tiempo, esto sumado al último check de lineas normal antes de actuar sería una espera no menor de 10 a 12 minutos entre artista y artista, imaginate con 16 cuanto tiempo sería solo en esperar.
Pero creo que lo mas importante de aclarar es que los Premios 40 Principales no son un concierto, es una premiación y esa es su esencia, si bien se invita a los artistas no se les limita a actuar solo con pista (BRITO, DARÍO CASTRO, DANILO ROSERO, EQUILIVRE, DANIEL PÁEZ incluyeron partes musicales en vivo en su presentación) ellos ademas son informados del tipo de show que es, el tiempo que tienen para dar su presentación y la mecánica que tiene el evento.
Por tanto no puedo estar de acuerdo con Aguilar y sus críticas ya que las hace en base a un evento que no es un concierto, que tiene otro concepto y sin embargo, el generaliza y estigmatiza todo un género
Otra cosa que me sorprende es la cantidad de gente que comentó sobre este artículo, como te decía al incio creo que toda crítica es válida siempre y cuando sea constructiva o quien la haga aporte a mejorar la industria musical, no obstante, leo comentarios 100% destructivos que no aportan en nada.
ResponderEliminarYo creo que la música de mi país, creo que siempre estamos obligados a mejorar, creo también que podemos cometer errores y ser señalados por eso, es lo normal, pero sé que nunca nos equivocamos con el afán de perjudicar al público, al final ellos son los que deciden y no creo tampoco que este sea mediocre.
Saludos.-
La realidad es que corrientes creativas no hay dentro de la música ecuatoriana, con todo respeto, el concepto pop habla de un tipo de música que tenga la capacidad de volverse masiva y para ello hace falta compositores que la presenten simple pero de buen gusto, algo que sinceramente no ocurre. El hecho de que la temática de las letras se sesgue a un pobre universo de palabras, y los acordes y melodías estén desgastadas no muestra a las claras que hay que dar un chance a esos músicos underground que se lo merecen. Mientras tanto habrá que oír a esos genios creativos de los sesenta y setenta.
ResponderEliminarEste AU-D me quitó las palabras de la boca... lo dicho, dicho está.
ResponderEliminarthEl público ecuatoriano se conforma con tan pobre música??
ResponderEliminarEl público es libre de escuchar lo que quiere, pero ya es hora de ser exigentes con nuestros artistas. Es cierto que en cada canción se plasma la identidad de cada artista pero no se puede permitir que cualquier personaje suba a un escenario y se lleve aplausos sin merecerlo. NO ESTOY GENERALIZANDO. Hay muchos Artistas Ecuatorianos que trabaja duro y merecen esos aplausos..
El punto con la musica es que, si bien es cierto que no se puede comparar una sinfonia de Beethoven con Delfin Quishpe, es totalmente respetable que alguien prefiera al interprete de Torres Gemelas por sobre el compositor aleman a la hora de escuchar musica. Que si el fan de Delfin Quishpe tiene mal gusto? Para mi, si. Pero para el, no.
ResponderEliminarEl punto es que el publico ecuatoriano tiene un gusto particular: la balada romantica, el tropi pop, el rap light de au-d, el rock fofo de verde 70, la tecnocumbia, el regueton, etc.
Arjona, Mana, Pitbull, Chino y Nacho, Danilo Rosero, Fausto Miño, Au-d, vilma palma, enanitos verdes. Eso es lo que gusta. Por eso esos artistas han venido mas de 20 veces al Ecuador y llenan donde sea que vayan. Tambien es cierto que musica de otro nivel simplemente gusta a una minoria insignificante y por eso bandas como Pearl Jam, Metallica, The Cure, Deftones, Dream Theater, Franz Ferdinand, Depeche Mode, entre otros simplemente se saltan Ecuador cuando estan de paso por Colombia, Venezuela, Peru, Chile, Argentina, etc.
En Ecuador escuchamos musica de mierda (para mi gusto sofisticado), y esa es la realidad. Lo que escuchamos buena musica (para mi gusto esnobista), somos un 0,1 % el resto son un poco de batracios reguetoneros, tropipoperos y amantes de las baladas romanticas.
Ahh, y para cerrar, el artista mas reconocido a nivel mundial que ha salido en toda la historia de este pais es Delfin Quishpe. Con eso lo digo todo...
Ahh, y sobre los buenos musicos que hay aca? Pues ellos estan condenados a vivir del amateurismo, pues simplemente no hay mercado en Ecuador para la buena musica (desde mi sesgado punto de vista).
La verdad que me sorprende lo bien que describió el panorama musical de nuestro país, Yo puedo decir que me gusta todo tipo de música pero es claro que talento tenemos, pero por lógica matemática en otros países son más poblados y las probabilidades de tener buenos artistas son mayores.
ResponderEliminarSon pocos los artistas ecuatorianos que son de mi agrado, pero no por eso creo que son malos, al mal artista NO LO ESCUCHAN, y desaparece porque debe comer y si no es apreciado, no es contratado, y por ende, NO PLATA PARA COMER.
Con todo respeto al señor Delfín, es una grosería decirle artista, se hizo famoso por hacer el ridículo al igual que esos videos que se ponen fuegos artificiales en los pantalones y no quiere decir que son artistas.
Buenos días. Me ha gustado sobremanera este post, aunque duela es la realidad. Hay que hacer lo que vende, pero aun sabiendo eso es complicado hacer música comercialmente viable en este país.
ResponderEliminarMe gusta también la respuesta de ese gran artista que es AU-D, el hombre si tiene palabras y no recurre a soñarla entre delfines con olores que hacen soñar (una vez el golpe de ala de un condiscípulo estuvo a punto de mandarme a soñar en un bus), pero no nos podemos hacer los desentendidos y pensar que estamos bien.
Aguilar tiene razón, el Sr. Fausto Miño tiene una voz infausta, tiene presencia pero sin la voz dudo que pueda pelear en las grandes ligas. Velasco en "Tercer Mundo" era un maestro (recuerdan "Duérmete junto a mi?"), me parecía que era la banda más genial que ha producido el país, pero de solista como que se me desinfla entre baladas dolorosas y pasillos con un toque pop. Darío Castro tiene capacidad, veamos que pasa en la reunión de Verde 70, ellos pueden seguir los pasos de Tercer mundo y Kruks. No todo es pop ligero, hay gente que aún hace cosas de calidad pero... No pegan, es eso. Alguien que me lo explique. Mientras tanto mucha gente prefiere hacer las cosas de modo amateur, por autosatisfacción, porque hay que reconocerlo, acá es complicado vivir de la música, sobre todo si eres snob.
Pero la que si te da a pesar de tus pretensiones aniñadas, es la música que le gusta al pueblo, es la cruda realidad. Miren a Gerardo Morán, Aladino, Jenny Rosero, Angel Guaraca. Aunque les arda en lo profundo de sus almas, ellos llenan coliseos, se van de gira a Europa, mierda, los viven pirateando pero de las presentaciones en vivo hacen sus ingresos.
Si, sigamos haciendo rock clásico, jazz, ska, etc. Igual el mercado masivo ecuatoriano es aquel tipo de clase baja al cual el típico músico aniñado menospresia, es la verdad, es el mercado, amigos!
Keep Playing!