He aquí el reino futbolero, donde todo es posible. Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia.
Tomen asiento, póngase cómodos y disfruten. Del creador de: la culpa es de Arroyo, post Brasil 2014 y ¨aquí no hay crisis¨ cuando el fútbol ecuatoriano estaba en huelga, ambas perlas autoría del emperador Louis De Chiribogue, llegó: ¨Ecuador no ganó de forma ilícita y con trampa, en el sudamericano Sub 17¨. Esta declaración, regalada por el cortesano Alexei De la Torreé, asesor jurídico y disciplinario del reino, retrata a cuerpo entero lo que pasa en FEFlandia: un territorio donde la moral tiene el mismo valor que un cero a la izquierda.
Sin embargo, lo más preocupante es que, tal como lo reconoció el cortesano Di la Toreé en entrevista con Radio Caravana, a FEFlandia no se le pasó por la cabeza bajarse voluntariamente del torneo. Y es que, bajo los hechos de conocimiento público, ¿en serio no cabía al menos plantearse la posibilidad de, por decencia, entregar el cupo a quien sí lo ganó de forma lícita?
En su defensa por sostener la clasificación al mundial, FEFlandia a través del cortesano Di la Torreé, autodefine a Ecuador como la víctima en esta historia: ¨fuimos engañados¨, señala. Un argumento seguramente muy válido, si Casquete, Tello o Montaño fuesen chilenos, bolivianos o argentinos. El emperador Louis y la corte cometen un error gravísimo al pretender vender la idea de que a Ecuador la representa solo FEFlandia, sin tomar en cuenta que, los jugadores, para bien o para mal, son la parte más importante dentro de una selección. No sus dirigentes.
Dicha reflexión lleva a preguntarse: ¿en qué momento cambiaron las cosas? Porque en este capítulo negro, Uruguay, quien se ubicó detrás de Ecuador en el Sudamericano y a quién le correspodería clasificar, dejó de ser la víctima, para que la Tri, el equipo que jugó con tres pasados de edad, sea el principal damnificado del cuento.
El Virrey , Charles De Villace, junto al querido cortesano Di la Torreé, viajaron hasta Rusia para cabildear ante Conmebol y así establecer que FEFlandia no tenía nada que ver en el escándalo suscitado. De esta forma, lograron asegurar la participación de Ecuador en el mundial Sub 17. En otro reino, un poco menos poderoso e importante, quizá se habrían pedido disculpas públicas y decidido automarginarse de la competencia, pero en FEFlandia no. Acá el fin justifica los medios, el qué se consiga, sin importar el cómo sea logrado.
Seguramente el Emperador, la corte y todos quienes habitan en FEFlandia desde hace casi 20 años, van a esgrimir cualquier argumento legal para defender la participación de Ecuador en el mundial. Se escudarán en que al ellos no conocían toda la basura, por lo tanto Ecuador no es culpable.
MENTIRA. Ecuador y solo Ecuador, es el único culpable de la vergüenza que implica disputar un sudamericano juvenil Sub 17 con hombres de 20 años. Parece ser que su deseo de tener en el palmaré una clasificación más durante su reinado, los hace tolerantes a la trampa. A esa misma trampa que, han declarado, tanto les incomoda.
FEFlandia tuvo la gran oportunidad de enseñarle una lección al país, pero no quiso. Pudo demostrar que los principios y valores no se negocian, pero decidió inclinarse por lo más fácil y aplicar el décimo primer mandamiento. Las grandes y difíciles decisiones definen a los hombres y determinan su carácter.
Luego de este escándalo, queda claro entonces qué importa más para el Emperador y su corte. Vergüenza ajena.
1 comentario:
Muy bien dicho. De frente
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